6 oct 2016

LA DISCRIMINACION

POR ELSA I. PARDO

La discriminación es una práctica social cotidiana, se trata de un trato desfavorable o de inferioridad, maltrato o desprecio injusto, a una persona o más de una. La discriminación como un fenómeno sociológico en los seres humanos, atenta contra la igualdad y siempre ha existido, desde los comienzos de la humanidad. Muchas personas son víctimas de la discriminación diariamente por su físico, estilo de vida o preferencias sexuales. Algunos tipos de discriminación son la nacionalidad, sexo, edad, raza, idioma, educación, empleo, salarios, condiciones laborales, servicios médicos, religión, estado civil, impedimento físico, nivel socioeconómico, discriminación política o laboral, inmigrantes y refugiados. Estas diferencias traen como consecuencias, distinción, exclusión, restricción de derechos fundamentales del ser humano, desigualdad, aislamiento, violencia y hasta la muerte. Debemos estar conscientes de que, en nuestra vida cotidiana, tenemos que convivir con ellos, los profesionales, artistas, religiosos, maestros, políticos, vecinos, familiares, trabajadores, amas de casas, amigos, etc.  Es que en todas las sociedades del mundo, existen personas y grupos con estas características, y que en lo único que somos iguales, es en que todos somos diferentes.
Hoy deseo referirme a la discriminación política, sobre todo en nuestro mundo occidental, un tema muy popular en la actualidad y más aún desde el 2008 cuando el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama aspiró y se convirtió en el primer presidente negro de los Estados Unidos. Por primera vez en la historia, un hombre negro ganó las elecciones y así lo demostró el gobierno de los Estados Unidos.  Lo demás ya es historia. Pensé que, desde entonces, la discriminación política junto con el racismo, habían alcanzado su máxima expresión. ¡No solo el presidente y su familia han sido víctimas de campañas políticas negativas, del desprecio, racismo, epítetos, maltratos, calumnias, mentiras e injusticias, ni es solo a nivel gubernamental, ni periodístico, me refiero a aquellos enemigos, opositores y otros partidos políticos que no admiten ni respetan a quienes piensan de forma diferente!
En este momento estamos en plenas campañas políticas y en noviembre serán las próximas elecciones para escoger al próximo presidentete de los Estados Unidos. Las campañas están llenas de insulto, donde se destaca el candidato Donald Trump, republicano, poniéndole apodos a los otros candidatos. Hillary Clinton, demócrata, es su opositora más fuerte. ¿Serán estas elecciones las más ofensivas en la historia de los Estados Unidos? ¡Veamos!
Según el columnista y analista político Jorge Dávila de CNN en español, hasta ahora, estas no son las elecciones más sucias en este país. Hace 216 años, dos de los “padres fundadores” de esta gran nación, Thomas Jefferson y John Adams, iniciaron la tradición. En las elecciones del 1800, en la campaña de Jefferson, acusaron a Adams de tener el carácter de “un hermafrodita, aunque sin la gentileza de una mujer ni la fortaleza de un hombre”.  La gente de Adams respondió que Jefferson era un “tipo bajo, hijo de una india mestiza preñada por un mulato de Virginia”. A Adams le dijeron tonto, hipócrita, criminal y tirano. Jefferson recibió su medicina porque le llamaron ateo, libertino y cobarde. La más sucia de las campañas presidenciales estadounidenses, hasta ahora, tuvo lugar 28 años más tarde entre John Quincy Adams y Andrew Jackson. A Quincy Adamas le dijeron “chulo” y a la esposa de Jackson, “prostituta”.  Los reportajes en los periódicos eran como letreros de inodoros. Un periódico publicó que la madre del general Jackson “era una ramera que vino con los soldados ingleses y se había casado con un mulato, de los cuales ¡el general era uno!  Fuerte, ¿verdad? ¿Se insultarán más que los padres fundadores?
La discriminación política afecta a un individuo en su centro de trabajo, socialmente, en grupos y con familiares, por pensar distinto, por no estar de acuerdo con el gobierno, o por pensar distinto a lo que opine la mayoría o minoría. También se puede discriminar a una persona por tener una ideología distinta y ser tildada de socialista, comunista, traidora, etc.  Se le puede eliminar de un círculo de amistades, familiar, político o de cualquier grupo, violando sus derechos humanos y/o restringiendo sus derechos a la educación, beneficios, incluyendo la cárcel y hasta negándole la nacionalidad, como en el caso de Venezuela. El rechazo en la sociedad, a veces por medio de la violencia, como en el caso de Cuba, daña a una persona, física, verbal y mentalmente, incluyendo su autoestima y creándole enfermedades mentales.
 En el pasado, a las mujeres le han negado el derecho al voto en las elecciones y el derecho al ingreso a las universidades.  Los casos más notables son de índole racial.  El caso más emblemático fue en Alemania nazi, que llevó a la muerte a millones de judíos, luego de obligarlos a vivir en condiciones infrahumanas.  Uno de los casos más graves de discriminación política se llevó a cabo en Sudáfrica bajo el Apartheid, o sea, la exclusión institucionalizada de la gente negra de la vida política nacional. Creo que todo gesto de discriminación es una enfermedad del alma que produce sufrimiento y destrucción.

Pienso que necesitamos proponer leyes más fuertes a nivel estatal y nacional, en contra de la discriminación política, para aquellos individuos y partidos políticos que abusan de la libertad de expresión, incluyendo campañas sucias, pancartas, afiches, videos de conversaciones y fotos montadas que rebajan, ofenden y disminuyen la personalidad de otros candidatos y sus familiares. También temas de campana, letreros, símbolos y libros contra el partido opuesto y golpes bajos que han sido una práctica muy dañina que se alimenta de falsedades e intrigas, creando confusión y haciéndole daño al proceso democrático de la nación, el racismo y otros comportamientos inhumanos que incluyen la violencia.
Propongo que aquí en los Estados Unidos y en otros países se deberían supervisar los anuncios políticos en la prensa, radio y TV, así como las campañas políticas y los discursos de los candidatos, de manera que los que violen las normas, leyes electorales y leyes contra la discriminación política, se les aplique uno de los siguientes métodos: 1. El método de descalificación por medio de puntos. 2. El método de descalificación por número de multas. De tal manera, se podrían contrarrestar las variantes de la discriminación política y para que no afecte el bienestar y funcionamiento de la sociedad.
Según el artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, todos somos iguales ante la ley y con derecho a igual protección de la ley, y protección

LA DISCRIMINACION

POR ELSA I. PARDO

La discriminación es una práctica social cotidiana, se trata de un trato desfavorable o de inferioridad, maltrato o desprecio injusto, a una persona o más de una. La discriminación como un fenómeno sociológico en los seres humanos, atenta contra la igualdad y siempre ha existido, desde los comienzos de la humanidad. Muchas personas son víctimas de la discriminación diariamente por su físico, estilo de vida o preferencias sexuales. Algunos tipos de discriminación son la nacionalidad, sexo, edad, raza, idioma, educación, empleo, salarios, condiciones laborales, servicios médicos, religión, estado civil, impedimento físico, nivel socioeconómico, discriminación política o laboral, inmigrantes y refugiados. Estas diferencias traen como consecuencias, distinción, exclusión, restricción de derechos fundamentales del ser humano, desigualdad, aislamiento, violencia y hasta la muerte. Debemos estar conscientes de que, en nuestra vida cotidiana, tenemos que convivir con ellos, los profesionales, artistas, religiosos, maestros, políticos, vecinos, familiares, trabajadores, amas de casas, amigos, etc.  Es que en todas las sociedades del mundo, existen personas y grupos con estas características, y que en lo único que somos iguales, es en que todos somos diferentes.
Hoy deseo referirme a la discriminación política, sobre todo en nuestro mundo occidental, un tema muy popular en la actualidad y más aún desde el 2008 cuando el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama aspiró y se convirtió en el primer presidente negro de los Estados Unidos. Por primera vez en la historia, un hombre negro ganó las elecciones y así lo demostró el gobierno de los Estados Unidos.  Lo demás ya es historia. Pensé que, desde entonces, la discriminación política junto con el racismo, habían alcanzado su máxima expresión. ¡No solo el presidente y su familia han sido víctimas de campañas políticas negativas, del desprecio, racismo, epítetos, maltratos, calumnias, mentiras e injusticias, ni es solo a nivel gubernamental, ni periodístico, me refiero a aquellos enemigos, opositores y otros partidos políticos que no admiten ni respetan a quienes piensan de forma diferente!
En este momento estamos en plenas campañas políticas y en noviembre serán las próximas elecciones para escoger al próximo presidentete de los Estados Unidos. Las campañas están llenas de insulto, donde se destaca el candidato Donald Trump, republicano, poniéndole apodos a los otros candidatos. Hillary Clinton, demócrata, es su opositora más fuerte. ¿Serán estas elecciones las más ofensivas en la historia de los Estados Unidos? ¡Veamos!
Según el columnista y analista político Jorge Dávila de CNN en español, hasta ahora, estas no son las elecciones más sucias en este país. Hace 216 años, dos de los “padres fundadores” de esta gran nación, Thomas Jefferson y John Adams, iniciaron la tradición. En las elecciones del 1800, en la campaña de Jefferson, acusaron a Adams de tener el carácter de “un hermafrodita, aunque sin la gentileza de una mujer ni la fortaleza de un hombre”.  La gente de Adams respondió que Jefferson era un “tipo bajo, hijo de una india mestiza preñada por un mulato de Virginia”. A Adams le dijeron tonto, hipócrita, criminal y tirano. Jefferson recibió su medicina porque le llamaron ateo, libertino y cobarde. La más sucia de las campañas presidenciales estadounidenses, hasta ahora, tuvo lugar 28 años más tarde entre John Quincy Adams y Andrew Jackson. A Quincy Adamas le dijeron “chulo” y a la esposa de Jackson, “prostituta”.  Los reportajes en los periódicos eran como letreros de inodoros. Un periódico publicó que la madre del general Jackson “era una ramera que vino con los soldados ingleses y se había casado con un mulato, de los cuales ¡el general era uno!  Fuerte, ¿verdad? ¿Se insultarán más que los padres fundadores?
La discriminación política afecta a un individuo en su centro de trabajo, socialmente, en grupos y con familiares, por pensar distinto, por no estar de acuerdo con el gobierno, o por pensar distinto a lo que opine la mayoría o minoría. También se puede discriminar a una persona por tener una ideología distinta y ser tildada de socialista, comunista, traidora, etc.  Se le puede eliminar de un círculo de amistades, familiar, político o de cualquier grupo, violando sus derechos humanos y/o restringiendo sus derechos a la educación, beneficios, incluyendo la cárcel y hasta negándole la nacionalidad, como en el caso de Venezuela. El rechazo en la sociedad, a veces por medio de la violencia, como en el caso de Cuba, daña a una persona, física, verbal y mentalmente, incluyendo su autoestima y creándole enfermedades mentales.
 En el pasado, a las mujeres le han negado el derecho al voto en las elecciones y el derecho al ingreso a las universidades.  Los casos más notables son de índole racial.  El caso más emblemático fue en Alemania nazi, que llevó a la muerte a millones de judíos, luego de obligarlos a vivir en condiciones infrahumanas.  Uno de los casos más graves de discriminación política se llevó a cabo en Sudáfrica bajo el Apartheid, o sea, la exclusión institucionalizada de la gente negra de la vida política nacional. Creo que todo gesto de discriminación es una enfermedad del alma que produce sufrimiento y destrucción.

Pienso que necesitamos proponer leyes más fuertes a nivel estatal y nacional, en contra de la discriminación política, para aquellos individuos y partidos políticos que abusan de la libertad de expresión, incluyendo campañas sucias, pancartas, afiches, videos de conversaciones y fotos montadas que rebajan, ofenden y disminuyen la personalidad de otros candidatos y sus familiares. También temas de campana, letreros, símbolos y libros contra el partido opuesto y golpes bajos que han sido una práctica muy dañina que se alimenta de falsedades e intrigas, creando confusión y haciéndole daño al proceso democrático de la nación, el racismo y otros comportamientos inhumanos que incluyen la violencia.
Propongo que aquí en los Estados Unidos y en otros países se deberían supervisar los anuncios políticos en la prensa, radio y TV, así como las campañas políticas y los discursos de los candidatos, de manera que los que violen las normas, leyes electorales y leyes contra la discriminación política, se les aplique uno de los siguientes métodos: 1. El método de descalificación por medio de puntos. 2. El método de descalificación por número de multas. De tal manera, se podrían contrarrestar las variantes de la discriminación política y para que no afecte el bienestar y funcionamiento de la sociedad.
Según el artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, todos somos iguales ante la ley y con derecho a igual protección de la ley, y protección

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